martes, enero 09, 2007

El pabellón de paja

Se trata de un recinto cerrado lleno de gente de mi edad. Pero de cemento. La mayoría son hombres. Están amontonados en el suelo. Vestidos. Un vistazo de derecha a izquierda me basta para sentir asco y en mi cerebro se activan las zonas precisas para traerme a las napias un olor que aún no está en el ambiente. La mayoría de los tíos se masturba sin pudor. Y a mí me da por reírme de la situación de una chica en chándal azul. Ella, medio metida en su saco de dormir, niega con la cabeza mientras me mira con incredulidad. Es la más cercana a la jauría de pollas en vinagre. Me río mucho. No puedo parar. No es ninguna visión futurista. Lo soñé hace un par de días.

martes, enero 02, 2007

Órdago

-¿Sí?
-He vuelto a hacerlo, tía. No sé por qué pero he soñado con ella.
-Joder, Mimí, ¿qué coño haces llamándome a las cuatro?
-Lo siento. Sabes que no es la primera vez que me pasa. Esta vez me ha puesto perra.
-¿Pero hoy no salías con Míguel?
-Sí. De hecho duerme como un jabalí a mi lado. Por cierto, ¿dónde estás?
-Salgo justo ahora. Me has pillado en el camerino.
-¡Qué guasa tienes! Oye, voy a buscarte.
-¿Y eso?
-Tía, yo no me puedo quedar con este calentón entre las piernas.
-Te advierto que no estoy para fiestas.
-Más bien soy yo la que no está para cobardes.
-Joder, me trastocas el ritmo. Es como si a un enchufe de 400 le metes 600 megawatios.
-Nena, no es capricho. Te digo que su imagen se me cuela en la noche y se me ponen eléctricas.
-¿Quéee?
-Sí. Lolas, conchas y papayas. Todo a cien.
-Pues ya sabes lo que dicen. Que cuando sueñas con alguien repetidamente le estás mandando ondas mentales... Sirenaza ¡Ja, ja, ja!
-No me basta. Y de mental, poquito, guapa.
-De todos modos, estás obsesionada.
-Pues sí. Un poco.
-Bueno, y de verla, ¿qué? ¿La comerías el morro?
-Puede...
-Si te sirve de algo, creo que para que sueñes tan a menudo con ella, el deseo es recíproco.
-¿Tu crees?
-Claro, o es que no ves que allá por donde pasas no crece hierba.
-¿Eh?
-Vamos, que por desgracia o por fortuna no dejas indiferente a nadie.
-Eso lo dirás tú.
-Pues sí.
-¿Te lo montarías conmigo?
-Pero ya mismo.