martes, septiembre 26, 2006

'Tu negra'

La primera vez que me subí a un coche quedé bautizada para el resto de mis días. Iba yo con mis andamios de diez centímetros llorando como una magdalena. La comisaría se había convertido en mi segunda casa; haciendo guardia noche y día para conseguir los dichosos papeles. Y luego vete a los barrios ricos y pásate las horas quitando mierda.
Así que me vi en aquel cruce lleno de semáforos con tanta rabia en el estómago que decidí sentarme en la acera y calmarme un poco. Me quitaba las lágrimas a manotazos, corriéndome todo el rímel por las mejillas tostadas, como mis muslos tostados porque allá de donde vengo todas somos así. Y, de repente, un Alfa Romeo que se para frente a mí y, como regodeándose en mi dolor, el conductor se me queda mirando; hasta que baja la ventanilla y me hace un gesto con la cabeza. Pues fue un momento, no más, pero me vi de pronto en Via Chiaia cargadica de bolsas. Y allá que me fui hacia el coche… Lo primero, pasear el trasero como si fuera gelatina y eso sólo se consigue desde los tobillos y las rodillas, ¡mi amor! Por eso las suecas, las pobres, no saben andar. Después, una caricia en el mentón del señor para hacerle notar las uñas; que quien avisa no es traidor. Y, por último, poner los brazos sobre la ventanilla y susurrarle el precio al oído mientras la cadenita de la Virgen baila entre lola y lola.
-¿Y tú quien eres? –me dice. Me mojo los labios antes de contestar:
-¿Yo? Tu negra.

sábado, septiembre 16, 2006

El cuarto oscuro

E. Marty es un artista salmantino prometedor que hace meses expuso en el MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo de León). Con una puesta en escena que rememora las misteriosas atmósferas de D. Lynch así como las escenas circenses del ya enterrado Bunbury Freak Show, Marty propuso en su instalación enanos de cabeza deforme (al estilo del inolvidable Slot de “Los Goonies”), diversas salas de los horrores con monstruos dentro, un tiovivo que funciona y se para solo, un escenario vacío [¿es preferible ser el espectador que observa la nada, o el artista que actúa ante nadie?] y, a lo que voy: un cuarto oscuro que podría dar para mucho si el rollo de hacerlo en público no cortase tanto a la peña. Aunque también es verdad que la música que acompañaba la instalación daba más cague que calentón, pero yo imagino que cuando hayan desmontado el tinglao habrán encontrado de todo… Prueba de que los hay valientes. Y perversos.