Insomnia
"Desmitificador se lió un pitillo con los pelos del coño de su amante, la miró a los ojos mientras lo encendía y salió del baño al tiempo que daba una profunda calada…" Hacía tiempo que Kikí no oía los seriales radiofónicos de madrugada. Durante un tiempo había trabajado prestando su voz a uno entre erótico y pornográfico [la línea que los diferencia es cada vez más delgada y fucsia] un poco por amor al arte, que es lo mismo que decir por amor al sexo; ya que entre corte y corte (mientras las canciones estaban en el aire) retozaba con Mikel en la cabina de realización. En cualquier caso allí estaba con los ojos como platos clavados en el techo en medio de la noche insomne. ¿Sería el calor?, ¿un cambio hormonal?, ¿el ciclo lunar?, ¿las mareas? o quizá [y aún más grave] ¿que la cama se le hacía demasiado grande? En cualquier caso tenía en lo que pensar. ¿Quién coño escribía aquellos guiones tan absurdos?
–No me jodas, ¡parece sacado de una peli porno! –pensó. -¡Desmitificador! Ni que fuera Terminator. Hay que ser muy macho y muy cutre para llamarse así…
De todos modos se calmó, extendió su mano hacia la encimera y logró coger el paquete de cigarrillos de chocolate. ¡Una noche de imsomnio da para mucho! Era un surtido suizo que le había regalado su amiga Mimí para casos excepcionales. Levantó la tapa de latón. Al principio dudó entre el blanco y el de avellanas pero al final cogió el negro. No tenía un antojo definido. No era como cuando entraba en Cubero con la idea fija de un petisú de chocolate y si no lo tenían no compraba nada. Esa noche le daba todo un poco igual. Luego pensó en el gesto más explícito del día. En su cara se dibujó una sonrisa al recordar el embarazo de su jefe cuando ella, mirándolo molesta, se abrochó hasta el último botón de su chaqueta como para decir: "Se cerró el quiosco, guapo. Váyase a mirarle el escote a otra". Por fin volvió a prestar atención al serial. La música había cesado y Kikí se preguntó si el realizador habría echado un polvo en su cabina. La historia terminó con Desmitificador cosido a puñaladas. Alguien se había tomado muy mal que pelase de ese modo a la protagonista…
–No me jodas, ¡parece sacado de una peli porno! –pensó. -¡Desmitificador! Ni que fuera Terminator. Hay que ser muy macho y muy cutre para llamarse así…
De todos modos se calmó, extendió su mano hacia la encimera y logró coger el paquete de cigarrillos de chocolate. ¡Una noche de imsomnio da para mucho! Era un surtido suizo que le había regalado su amiga Mimí para casos excepcionales. Levantó la tapa de latón. Al principio dudó entre el blanco y el de avellanas pero al final cogió el negro. No tenía un antojo definido. No era como cuando entraba en Cubero con la idea fija de un petisú de chocolate y si no lo tenían no compraba nada. Esa noche le daba todo un poco igual. Luego pensó en el gesto más explícito del día. En su cara se dibujó una sonrisa al recordar el embarazo de su jefe cuando ella, mirándolo molesta, se abrochó hasta el último botón de su chaqueta como para decir: "Se cerró el quiosco, guapo. Váyase a mirarle el escote a otra". Por fin volvió a prestar atención al serial. La música había cesado y Kikí se preguntó si el realizador habría echado un polvo en su cabina. La historia terminó con Desmitificador cosido a puñaladas. Alguien se había tomado muy mal que pelase de ese modo a la protagonista…
4 Comments:
El mejor momento del día... cerrar un escote... mmm... muy bueno
Hola. Necesito que me des tu e-mail, para enviarte una nota de prensa donde aparece tu blog. Es una nota del periodico donde trabajo. Besos.
Yo también quiero tu email, pero para objetivos más sórdidos y ciertamente libidinosos...
Te propongo, Kiki, un relato a medias. Yo continué el tuyo, pero no has hecho lo mismo... Será la falta de inspiración que impera estos días. Lo mismo ni siquiera eres "una" Kiki, sino "un" Kiki y, claro, eso cambiaría muchas cosas
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