martes, mayo 24, 2005

Los libros de Banana

Por estricto orden de aparición había una vez una calle, una plaza y un parque. A esto se sumaron dos figuras, un chico y un chico, que caminaban arrastrando sendas bicicletas con las ruedas pinchadas sólo que en dirección opuesta. En un cierto punto, que en los gráficos trigonométricos es el que corta las trayectorias de X e Y, se cruzaron [no hagáis el problema: fue en la plaza]. El caso es que el chico de la camiseta naranja le dijo al de la camiseta roja.
-Disculpa, no pretendo molestarte. Es sólo que me sorprende que día tras día coincidamos a la misma hora en el mismo sitio con las mismas bicicletas.
-Es cierto -respondió el chico rojo -¡Es una coincidencia sorprendente! Y no sólo eso. En la cesta de tu bici llevas siempre un libro de Banana Yoshimoto, justo como yo. ¿También es tu autor favorito?
-¿Qué Banana es tu autor favorito? ¡El mío también! El otro día leí lo que Toshu le dice a Mikako en el tercer capítulo de "Toshu y Mikako en la ciudad de Shan Kai Don"...
-Joder ¡me encanta ese libro!
-...y me dije que debía hablarte costara lo que costara.
-Pues no ha sido tan difícil, ¿no?
-La verdad es que es más difícil de lo que piensas, porque en realidad me gustas un montón, y cada vez que me cruzo contigo mi corazón palpita con más fuerza -El chico rojo lo miró con los ojos como platos, como si no diese crédito a lo que estaba oyendo.
-Joder, tío. ¡A mí me pasa exactamente igual! Es más, me dan calambres en el muslo derecho y me entran unas ganas inmensas de besarte.
-No puede ser... ¡Siempre he pensado en tus labios carnosos sobre mi piel! Y en tu paquete tieso bajo mi mano.
-¡Venga ya! Justo eso es lo que he soñado hoy, y ya te imaginarás cómo he amanecido...
-Joder tío ¡qué casualidad! A mi me ha pasado lo mismo mientras me duchaba.
-Bueno, si se lo cuentas a alguien no se lo cree -Ambos se miraron sonriéndose mientras asentían una y otra vez con la cabeza.
-Qué cosas, ¿eh?
-Ya te digo -respondió el chico rojo.
-Venga tío, nos vemos -dijo el naranja.
-¡Guay!
Y ambos superaron el punto que corta las trayectorias de X e Y para seguir su camino. Uno hacia el parque y uno hacia la calle.*

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Texto inspirado en un relato de Stefanno Benni, "L'ultima lacrima" (Feltrinelli, Milano. 1999)

4 Comments:

Blogger kikidemontparnasse said...

Sí aunque supongo que estará traducido al castellano. Un beso!

3:48 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Bonito traje de chaqueta el tuyo. Elegante. Claro, que la percha cuenta mucho...

8:28 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Por supuesto, acorde con la pluma.

8:30 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Me ha parecido un texto original y de una calidad interesante, pero me ha llamado la atención que te refirieras a Banana como "autor" en lugar de "autora".

Te seguiré. Un saludo.

3:02 a. m.  

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