martes, abril 05, 2005

Poesía y futuro

Cuando el hastío desborda a Kiki suele agarrar un libro de poesía, buscar sus poemas predilectos y leerlos en voz alta. Tal estrategia no sólo le sirve para abstraerse del mundo. Tiempo después, cuando los versos se le han grabado a fuego en la memoria, recurre a ellos como el mástil al que asirse en los momentos feos del día. Las palabras del poeta le alivian, por ejemplo, ante el desánimo provocado por cualquier comentario hazaroso. O le salvan del vacío que a veces le inunda. O se sirve de ellos para plantarse delante del tío más lindo del garito y susurrarle la retaila al oído. El pasado fin de semana lo hizo. Él se le quedó mirando entre extrañado e indulgente. Kiki se había fijado en él nada más entrar en el antro. Era alto y hablaba con dos chicas en la barra. A pesar de todo (la incertidumbre ante lo desconocido, el miedo al rechazo y las tías que le rodeaban) Kiki apuró su copa y se dirigió hacia él. Entonces la miró fijamente a los ojos. Ella sintió un ligero cosquilleo en el estómago pero, decidida, apoyó su mano en el brazo del chico y alzó los talones del suelo hasta hacerle notar su respiración en el oído. Entonces le recitó con mimo la letanía del poeta. Una vez hubo terminado, se separó de él para observar su reacción. El chico le pasó la mano por la cintura y la trajo contra sí. A Kiki le gustó su mano y también su boca.
Así que cuando su madre se pone enferma por ver que Kiki "desperdicia" el tiempo releyendo poesía en alto en vez de hacer algo "realmente productivo" que le sirva en un futuro, Kiki (serena) le contesta:
El futuro, pensándolo bien, es probable que no comience nunca*.
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*Michelangelo Antonioni, "La Notte"

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

There´s no future

4:03 p. m.  
Blogger kikidemontparnasse said...

JAJAJAJAJAJAJA!!!

4:43 p. m.  

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