martes, marzo 29, 2005

Seis letras

-"Allegra, felice". 6 lettere -dijo Kiki mientras jugaba con el boli. Enrica se volvió extrañada.
-Non so -respondió. Y volvió a tumbarse en la toalla. Kiki miró al horizonte. Unos chicos jugaban al balón en la orilla. El más moreno tenía un torso publicitario y se acordó de la Teoría de la imagen que días atrás le había explicado el hermano de Enrica: los icónicos y los no icónicos y su relación con la realidad. Por cierto, el hermano en cuestión no estaba mal, sobre todo cuando abría la boca para hablar sobre temas que la seducían... A pesar de que aún no había sucedido nada, a Kiki le atraía misteriosamente. Habían estado intercambiando experiencias sexuales y Kiki le presuponía una potencialidad salvaje en la cama. A Kiki le gustaba observar a las personas e imaginarse cómo se desenvolverían follando. Era algo sugestivo y normalmente efímero, porque al final Kiki acababa por desnudar a sus presas en un combate que sepultaba mitos y disipaba incógnitas malévolas. Por ejemplo, el chico moreno de la playa le inspiraba un polvo flojo y muy poca habilidad besando. De esos que babean, lengua fláccida y manos torpes. ¿O quizá no?
Enrica se incorporó y cruzó las piernas sobre la toalla. Uno de los chicos que jugaban cayó de espaldas. Ella soltó una carcajada sonora. Sin poder articular palabra se giró hacia Kiki señalando al chaval. No paraba de reír.
- "Ilaria" -exclamó Kiki. Empuñó el boli y completó el crucigrama.