Ofrenda sacra
Esta mañana me he levantado tarde. Mientras esperaba el bus, observaba cómo dos chicas hablaban entre ellas con susurros. La morena era la que más gesticulaba mientras su amiga le miraba con los ojos como platos.
-El secreto -pensé entonces, y de repente me vinieron a la cabeza un montón de recuerdos: el peso del silencio, la angustia del custodio, el depositario y el lugar de la ofrenda.
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"...Tu llevabas el pelo recogido y una camiseta naranja muy chula. Me llevaste hasta lo alto de un parque desde donde parecía que dominábamos una parte del golfo. Frente a nosotros la ciudad, el mar y el volcán como trinidad necesaria para la Comunión. Te lo dije con el miedo difuso de perderte y encontré tu respuesta en un abrazo..."
-El secreto -pensé entonces, y de repente me vinieron a la cabeza un montón de recuerdos: el peso del silencio, la angustia del custodio, el depositario y el lugar de la ofrenda.
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"...Tu llevabas el pelo recogido y una camiseta naranja muy chula. Me llevaste hasta lo alto de un parque desde donde parecía que dominábamos una parte del golfo. Frente a nosotros la ciudad, el mar y el volcán como trinidad necesaria para la Comunión. Te lo dije con el miedo difuso de perderte y encontré tu respuesta en un abrazo..."
2 Comments:
Kiki, vives en Paris? Solo por curiosidad...
Ahora no, pero el año pasado sí. Un beso...
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