miércoles, mayo 04, 2005

Indentidad

A veces el valor del viaje no es tanto visitar tierras extrañas como ir al encuentro de sí mismo. Por eso Kiki ha debido ausentarse por un tiempo, sin saber muy bien si hoy por hoy es ella misma u otra. Decía Tina Modotti: "Siento que el problema de vivir incide profundamente en el problema de la creatividad artística". Eso mismo. No sé si la precariedad que dio pie al nacimiento de Kiki (y que ya no existe) puede llevarme a prescindir de ella. Me pregunto si la certeza y la serenidad son enemigos de la creación. Sin duda, Kiki ha sido una presencia necesaria en mi vida: la he narrado para explorarme a mí misma. Pero también la he compartido y sé que, como todo lo que amamos, no me pertenece enteramente. Mi metamorfosis podría incidir en la vida de ella. La cuestión es saber cómo. Os invito a descubrirlo a partir de mañana...

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Antes de alcanzar la metamorfosis, sentirás el árbol floreciendo en tu piel. A su sombra tus lectores esperamos, para verte volar, nadar, tal vez ser aire... y más palabras. Añades emoción, y no caerá en saco roto.

10:02 a. m.  

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