Credo
Doy fe de que he visto malabarismos que escapan a toda física y a toda estadística. Que no caben en la cabeza. Si no lo veo no lo creo, pero lo he visto y mi credo pende ahora de una bandera blanquiceleste con ocho letras.
Para mi vale porque me ha hecho creer en Dios a través de los sentidos. Como Santo Tomás, que tuvo que tocar las heridas de Cristo para creer. Vale porque ha creado la armonía a partir de una esfera y porque verlo en el campo y convertirse al monoteísmo es todo uno.
Para mi vale porque dice palabras justas, visionarias y verdaderas. Yo merecía respeto porque he dado alegría a la gente. Más que eso. Regaló un sueño de esperanza a un Sur paupérrimo. Sometió al arrogante con la exaltación de la poesía.
Para mi vale porque asistir a uno de sus toques es ser testigo del milagro. Es presenciar la plenitud de la belleza, presentir la mano de dios en el cuerpo de un hombre. Las casas de Fuorigrotta temblaban cuando los 70.000 del San Paolo rugían de delirio.
Hablo de un mundial y dos scudetti. De tensión muscular y entrega. De crucifixión. Hablo del dorsal número 10 y de la vida después de la muerte. Del último gladiador en vida. Que reinará por los siglos de los siglos. Amén.
Para mi vale porque me ha hecho creer en Dios a través de los sentidos. Como Santo Tomás, que tuvo que tocar las heridas de Cristo para creer. Vale porque ha creado la armonía a partir de una esfera y porque verlo en el campo y convertirse al monoteísmo es todo uno.
Para mi vale porque dice palabras justas, visionarias y verdaderas. Yo merecía respeto porque he dado alegría a la gente. Más que eso. Regaló un sueño de esperanza a un Sur paupérrimo. Sometió al arrogante con la exaltación de la poesía.
Para mi vale porque asistir a uno de sus toques es ser testigo del milagro. Es presenciar la plenitud de la belleza, presentir la mano de dios en el cuerpo de un hombre. Las casas de Fuorigrotta temblaban cuando los 70.000 del San Paolo rugían de delirio.
Hablo de un mundial y dos scudetti. De tensión muscular y entrega. De crucifixión. Hablo del dorsal número 10 y de la vida después de la muerte. Del último gladiador en vida. Que reinará por los siglos de los siglos. Amén.
5 Comments:
Sono letteralmente in lacrime...un vero martire il nostro grande Diego. Anche a me ha dato tanti insegnamenti e credo che lui stesso sarebbe felice ed emozionato di leggere la poesia delle tue parole.
Grazie...10 volte grazie
Hubo más gladiadores. Hubo más mundiales tras él, hubo más scudetti. Hubo mucha gente que dio alegrías a la gente. Y siempre en el deporte ha habido davids que han vencido a Goliaths. No encuentro nada excepcional en todo lo que dices y sobre todo nada relacionado con Dios.
¡Cuánta ceguera en tus ojos, amigo!
Quien no ha visto el Vesuvio y la alegria de esta gente, no puede leer a Dios en nada de lo que escribe Kiki.
Asi que un consejo: el billete no cuesta caro, a lado del estadio que temblava con Dieguito, encuentras el golfo que te abraza; compras taralli y Peroni, y en frente, justo alli en frente tuyo, puedes tener alguna visiòn celeste.
Y si piensas en Dios que se divierte jugando con una naranja, alli le ves!
O mama mama mama
sai, perchè, mi batte il corazon
ho visto Maradona
ho visto Maradona
ERRATA CORRIGE:
"El que no ha visto" y no "Quien no ha visto"...el castellano me cuesta... pero se entiende, verdad Kiki?
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