Déjame que te diga
Déjame que te diga que se me atragantaron las ganas de contarte. Que llegas a las migas y no al pan. No tengo para ti ya nada. Es culpa tuya por no estar ahí cuando lo digo yo. Que donde hay capitana no manda marinero, ya lo sabes. Y también sé que esto no es más que una pataleta de cría, que no es sino lo que soy. Y quiero seguir siendo, para tu información de hombre maduro. Y no me valen excusas de mierda, ni obsequios a deshora. Yo diría que incluso te has esforzado por cagarla antes de tiempo. También en eso eres precoz, baby. Y te felicito.
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