miércoles, junio 07, 2006

B. B.

El doctor Tapia cerró la puerta de su estudio, sacó un habano del jarrón de porcelana que adornaba la repisa y plantó los pies en lo alto de la mesa. Con la mayor tranquilidad del mundo, alcanzó el mando a distancia con su mano izquierda y lo dirigió hacia la minicadena.
¿Perversa se nace o se hace, doctor? –una voz de mujer inundó el cuarto-. De pequeña me sentía atraída por la niña más chicazo del colegio; la única que jugaba al fútbol con los tíos y la única que sabía hablar como ellos. Figúrate que a mis diez años ya me tocaba pensando en ella. La conocí en 6° de EGB, cuando llegué de “nueva” al ----. A esa edad las niñas se emparejan entre sí como idiotas. Ya sabe, Fulanita es mi mejor amiga… etc. Y resulta que yo rompí varias parejas en esa clase y me senté por un tiempo al lado del chicazo sin picha. Sólo ahora me doy cuenta de que me unía a ella una relación lunática de amor-odio que cambiaba como las mareas. Soñaba con besarla pero al mismo tiempo me repugnaba. Me pregunto si al verla de nuevo sería capaz de contarle todo esto…
Y la voz se apagó progresivamente.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

no digo nada como me has pedido...pero tienes estilo

2:58 p. m.  
Blogger Cenicienta said...

¿Dónde has metido la cabeza Kiki?

4:18 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

La infancia es esa voz de una minicadena.
Jugamos a fiscal: ¿Se nace o se hace?
A letrados: antecedentes, atenuantes, con o sin excitantes...
La acusada confiesa que la besaba en sueños.
Y el juez, se fuma un puro, se pierde en las volutas del humo.

¿Y tú, hipócrita lector?
¿Por dónde has entrado en el beso del sueño?
-Todo mi deseo es humo.
-Húmame

11:00 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Sabéis el chiste de B. O. B.??

11:20 p. m.  

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