Nena
Su habitación estaba medio abierta, así que eché un vistazo de reojo. Estaba echada boca abajo sobre la cama, como leyendo. En bragas de lycra y camiseta de nylon. De repente giró la cabeza y sonrió. Pasé sin decir nada, aceptando una invitación que ella no había llegado a pronunciar.
4 Comments:
la tersura en las manos del pensamiento. tal vez eso es belleza...
kiki es belleza
yo creo que belleza no es algo umano. Pero Kiki tampoco es umana. quizas si...
Las mejores invitaciones se hacen con la mirada, con un guiño, una sonrisa.....
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