Supermarket
Kikí observa con avidez a esos seres que se esconden tras unas enormes gafas de sol, un gorro mal puesto y un abrigo desorbitado. Y no porque esté en contra de la moda invierno, sino porque son seres que llenan sus cestas del hipermercado ¡con guantes de piel en las manos!
Kikí observa mejor a estos individuos y piensa: 1. Que nos está invadiendo una plaga de langostas digievolucionadas y (por supuesto) travestidas. 2. Que son alienígenas tipo Kim Basinger y aún no se han enterado de cuál es el mejor atuendo para comprar (chandal forever). 3. Que sólo compran congelados y tienen que ir preparados.
Kikí le da vueltas a las tres posibilidades y, en vez de continuar con su compra, se dedica a investigar.
-Perdón, ¿sabes dónde está el azúcar? -le pregunta a un ser de lentes oscuras estratosféricas.
-No tengo idea. Sólo consumo desnatados -contesta. Bien, Kikí ha avanzado algo. Ya sabe que estos seres articulan palabra. El tipo es joven, como todos los demás seres raros que caminan bajo una montaña de prendas. Tiene morritos, como los demás de su especie. Y sus lupas son de marca. "¡Ya lo tengo!", dice para sus adentros Kikí. Hace la compra como una loca, deja las bolsas en el pasillo y coge el teléfono de un zarpazo.
-Mimí, son los gogós del barrio, seres bellos de noche y trapos por la mañana -resuelve fascinada.
Kikí observa mejor a estos individuos y piensa: 1. Que nos está invadiendo una plaga de langostas digievolucionadas y (por supuesto) travestidas. 2. Que son alienígenas tipo Kim Basinger y aún no se han enterado de cuál es el mejor atuendo para comprar (chandal forever). 3. Que sólo compran congelados y tienen que ir preparados.
Kikí le da vueltas a las tres posibilidades y, en vez de continuar con su compra, se dedica a investigar.
-Perdón, ¿sabes dónde está el azúcar? -le pregunta a un ser de lentes oscuras estratosféricas.
-No tengo idea. Sólo consumo desnatados -contesta. Bien, Kikí ha avanzado algo. Ya sabe que estos seres articulan palabra. El tipo es joven, como todos los demás seres raros que caminan bajo una montaña de prendas. Tiene morritos, como los demás de su especie. Y sus lupas son de marca. "¡Ya lo tengo!", dice para sus adentros Kikí. Hace la compra como una loca, deja las bolsas en el pasillo y coge el teléfono de un zarpazo.
-Mimí, son los gogós del barrio, seres bellos de noche y trapos por la mañana -resuelve fascinada.
1 Comments:
mmmm...habrá pues que evitar ir a supermercados, grandes superficies y discotecas en la medida de lo posible. Un amigo empezó a frecuentar esos sitios y apenas le reconozco si me le encuentro por la calle...creo que si vas mucho te vuelves uno de ellos.
Un brindis por la supervivencia del pequeño comercio y por las tascas lúgubres pasadas de moda
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