lunes, noviembre 12, 2007

- - - - - - - - - Autovía del Duero

Como cada mañana, pasa por el bazar
chino en el que venden pasta de dientes
de Zimbawe. Sube la cuesta con la barbilla
hundida en su abrigo bolchevique. Dentro de
una hora estará en la esquina, boli en mano,
preguntándole a una señora por el olmo seco
del Espino. Se querrá cagar en el frío castellano pero
agradecerá el buen humor de algún que otro viejo.
-
Piensa en ello desde otra ciudad. A medio camino queda
la vida de Rita de Cassia, los testigos de contraportada,
la segunda de Opinión, los cafés en el Maná, las municipales
y el funcionario que hizo rico a un pueblo entero.
-
Ha cambiado de llaves pero
las canciones que suenan en
su Mp3 siguen siendo las mismas.

2 Comments:

Blogger Unknown said...

Che bello kiki

4:38 p. m.  
Blogger r.p said...

...las luces se desvanecen en el retrovisor,
las manos entregadas a la calefacción,
el cielo ya Prusia infinito,
el entumecido asfalto,
las encinas que devienen en sombras
las sombras en nubes,
y las nubes del burgo en barroca niebla,
las rodadas piedras de Osma y Gormaz, con el desgaste que supone haber sido frontera de oriente y occidente,
los deslumbres de otros coches que te rescatan al presente,
la emisora que se pierde,
el silencio...
Un monasterio yermo de vocaciones,
Un disecado helicóptero clavado al cielo,
un condado maldito,
Las tierras que traicionaron al empecinado,
El culebreo de la carretera con el río,
Un camión portugués,
Los fastidiosos semaforos de la peña mas fiel de castilla,
otra gasolinera cerrada,
las envanecidas viñas que atusan la vega,
otra vez el silencio...
un recuerdo,
un pensamiento,
el radar, el freno,
y por fin después del tunel otra ciudad...

3:59 p. m.  

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