My men

Voy por temporadas, como El corte inglés, sólo que más promiscua. Cada semana cambia la baremación de lo que más me pone. Pero dentro de esta vorágine de ídolos hay una constante con la que estoy muy perra. Creo que esta obsesión dilatada me convierte en fan; no tanto como para ser presidenta de un club de histéricos. Lo mío es más místico que material. El objeto que me revoluciona los estrógenos se llama Downey jr. y, por si algo fallara, pongo a Rijkaard de suplente. A estas alturas de la conversación, mi vecino me hace notar que tengo predilección por los nenes que están la cuerda floja. Ya verás tú, si al final va a resultar que en mi otra vida fui funambulista...