jueves, febrero 24, 2005

Teléfono rojo

La tecnología es inoportuna. Ayer estaba entretenida en los preámbulos del placer cuando sonó el móvil. Los días de invierno me gusta acurrucarme en mi edredón y desentenderme del mundo mientras fuera ruge el viento. Cuando decido irme a la cama lo hago sin premeditación y alevosía, pero a veces la mente se me dispara y me pongo perra. Entonces mis manos acuden presurosas a avivar el incendio y empiezo a acariciarme. Ayer estaba en el momento más dulce cuando el tono "kaleidoscopic" arreció de repente. Perezosa, alcé una mano hasta coger el teléfono y contesté. Era una amiga. No hacía más que recitar como un loro el discurso anti-hombres. Sumida como estaba en el aburrimiento, me acerqué los dedos a la nariz y respiré profundo. Era mi olor y, como todo lo que es mío o rodea mi intimidad, me inspira. Entonces fui malévola y le propuse a Vero que se relajara. Para estimular a alguien en la distancia no es necesario haber trabajado en un teléfono rojo. La prueba es que su voz terminó en un hilo de gemidos y alientos entrecortados. Ya digo, la tecnología puede ser inoportuna. Y la ocasión la pintan calva.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Alucinante, sin palabras... Viva tu enorme mundo interior

12:41 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Vaya kiki
kiki d'aquí

2:25 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Estando yo con mi móvil en la mesilla (y el semoviente entre las manos), se puso a sonar el condenao, inopinadamente por cierto, y hete aquí que no sabía yo cuál de los dos aparatos debía llevarme a la oreja y cuál seguir magreando... Maldita tecnología

4:29 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Escribe más, por dios. Encontré la página navegando por ahí y ya la tengo en favoritos. He entrado diez veces ya hoy, por si acaso habías añadido alguna otra anécdota/historia. Pero no. Me considero tu más devoto lector, o eva diosa de lo húmedo y lo oscuro. Y si tu quieres, también tu esclavo...

6:41 p. m.  

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